viernes, 13 de diciembre de 2024

Qué significa ser extranjero, extranjera


What does it mean to be foreign.
Foreign, extranjero. Yo me sentí extranjera desde que nací. Quizá fue la bienvenida al mundo cuando el pediatra, el Dr. Palacios, por tranquilizar a mi mamá, intentó cortarme la tripita que quedaba colgando del cordón umbilical y se llevó de paso medio muslo. Bueno, no me arrancó el muslo, pero lo abrió dejando una cortada que, al cicatrizar, tomó la forma de un ángel. "La prima de la cicatriz" decía Jean Louis de mí. Y esa cicatriz fue como la marca de ser foreign, de ser extranjera, de no pertenecer del todo, de haber llegado al lugar equivocado. Como en la foto que me acabo de encontrar en el instagram de Maricarmen donde celebra al tío Patí, otro nombre para mi primo Jean Louis, y dice que viene del baúl de los recuerdos. Está Jean Louis al centro; a su derecha una Maricarmen de 7 u 8 años y a su izquierda una Marialuisa de 6 o 7, junto a una Natalia de más o menos la edad entre las dos Marías, que eran (son) hermanas. Las tres vestiditas de fiesta. Las Marías con vestidos de terciopelo y cintas o brillitos. Natalia, más moderna. Y en el borde izquierdo hay una mujer, ¿niña?, ¿muchacha? ¿adolescente? de unos 14 años, vestida con una suéter-blusa pegada color rojo encendido y con cuello de tortuga. Cuelga un collar que creo que eran diamonds by the yard (de los falsos) y se ve la parte de arriba de una falda ajustada a la cintura y luego abombada, de una tela a cuadros de colores verde, rojo y blanco: todo muy navideño. No mira a la cámara y en sus ojos se adivina una mezcla de sorpresa, miedo y resignación y la plena conciencia, quizá inconsciente, de estar en el lugar equivocado, de no pertenecer. Lleva el pelo muy corto y peinado para atrás como una señora y se le ve una frente enorme como un ventanal. A su izquierda está un árbol de navidad muy decorado y detrás de Jean Louis el famosísimo mueble de las soperas de mi papá. Es mi casa de niña, es navidad, y yo soy la mujer de rojo.




Me encontré esta foto en el instagram de una prima antes sobrina hace como una semana durante el retiro de meditación y escritura con Natalie Goldberg. La imagen se coló en uno de los textos que escribí entonces y hoy abre este entrada.

Lo que ese texto no dice es que cuando encontré la foto, me tomó un momento reconocerme, y me sorprendió/dolió que ni las leyendas que la acompañaban ("Del baúl de los recuerdos" y "Nuestro querido Patí") reconocieran mi presencia. Y, sí, admito que a veces me paso de sensible, pero encontrarme con una imagen de mí misma de hace unos 47 años sin ningún tipo de advertencia en un lugar público me reconectó con mi extranjería, con la sensación que muchos años tuve de ser invisible, de no ser vista y, a veces, de rehuir a serlo.

El texto tampoco indaga en quién pudo haber tomado la foto (¿mi papá? ¿otra primo? ¿la pareja de Jean Louis?) ni repara en lo que ahora me parece curioso: Jean Louis/Patí y Maricarmen miran al fotógrafo o fotógrafa, él con conciencia y ella juguetona. Natalia y Marialuisa miran a alguien que está a la derecha fuera del encuadre (¿su abuela, quizás?) y yo, aunque miro hacia adelante, tengo la mirada bastante perdida. Creo que mi disociación tenía que ver con la apariencia de familia feliz que todos debíamos tener ese día (la Nochebuena), engalanados y emperifollados con nuestra mejores prendas, y las tormentas emocionales y toxicidades que subyacían a esa apariencia: todos éramos expertos en negarlas o estábamos aprendiendo a hacerlo.

Y el texto tampoco alcanczó a adentrarse en las navidades en casa de mis papás, tema que daría para varios textos y subtextos y supratextos. Quizá llegue a ellos en estos días o en otros. Baste por ahora consignar que no solo encontrarme conmigo misma hace 47 fue sorprendente, sino que también tuvo su toque perturbador encontrarme con ese trozo de la casa de mis papás: la esquina del comedor donde se ponía un enorme árbol de navidad, las cortinas hasta el piso cubriendo la ventana que daba al jardín detrás del edificio y la colección (una más de tantas) de soperas de mi papá, incluidas las compradas, las heredadas y quizá alguna robada (dentro del propio ámbito familiar).

Así se cuela el pasado en el presente en este mes de diciembre.
Veremos qué más nos depara el destino.

4 comentarios:

  1. Increíble sentir en tu descripción.
    Abrazo Adela

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    1. Qué gusto que te pases por aquí y comentes, "Anónimo". Me encantaría saber quién eres... Un abrazo de vuelta 🎄

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  2. Uff Adela!!! Me.ha emocionado... no se si positivamnte o no. Culpidor. Cuando la publiqué sólo pensé en lo lindo del recuerdo. De vernos tan pequeñas. Reconozco la existencia de sombras y secretos.... solo quería un momento de recuerdos. En un diciembre que hace añorar a la.familia.

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    1. Gracias por leer y comentar, Mary. Las emociones son así: mezclas de agradable y desagradable. Lamento si mis palabras te impactaron negativamente. No era mi intención. Solo necesitaba expresar lo que sentía. Y sí, estos días son de añoranza y de estar sensibles. Qué bueno que pronto escribiremos un capítulo nuevo en las navidades en familia... ✨

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