La verdadera naturaleza de la mente no tiene principio y no tiene final, y no tiene centro ni circunferencia. Es una interconexión sin límite con todos los seres. No puede verse; no puede pensarse conceptualmente. Pero ciertamente puede experimentarse y su realización puede alcanzarse. Es la mente de un Buda. Y esta cualidad vasta y espaciosa de la mente está llena de todas las cualidades maravillosas de sabiduría y compasión y pureza. No está vacía ni es vacua. Comparar la naturaleza de la mente con el cielo es bueno porque nos da una sensación vasta de Infinito. Pero el espacio no es consciente, mientras que la cualidad esencial de esta espaciosidad interna es conciencia, sapiencia. Si no tuviéramos esta cualidad de sapiencia, no podríamos existir. Es conciencia clara detrás del funcionamiento de nuestros sentidos lo que nos permite conocer cualquier cosa; ella ilumina nuestro pensamiento y nuestras emociones. Detrás del movimiento de la mente conceptual está una sapiencia vasta y silente. Es tan simple. Pero no lo creemos. Y es triste, de hecho, que nos la perdamos. Pasamos por algo la simplicidad delante de nosotros.
(Fuente: ‘Into the Heart of Life’ [‘Hacia el corazón de la vida‘] por nuestra invitada.)
Tomado de la página de Facebook de Khamgar Druk Shedra.
Traducción al español e imagen, mías.
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