domingo, 21 de diciembre de 2014

Atardece en diciembre


El sol se va acercando al horizonte. Pronto se habrá guardado. Salgo de casa a comprar algo para el desayuno de mañana. Quiero ganarle a la noche. Las nubes son color algodón de azúcar. Las más cercanas, morado oscuro, casi gris; las del fondo, rosa brillante. Se me antoja probarlas.

Sin darme cuenta casi, te me has colado en el paseo vespertino. Otra vez. Como las nubes en el cielo. Una alegría triste me calienta el pecho. Una soledad acompañada toma mi mano.

Y me siento vulnerable. Vulnerable y serena. Vulnerable y luminosa. Vulnerable y contigo.

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