Esto es lo que el practicante de dharma necesita entender — que todo el samsara, o el nirvana, es tan falso o tan carente de esencia como esa película. Hasta que veamos esto, será muy difícil que el dharma se sumerja en nuestras mentes. Siempre nos veremos arrastrados, seducidos por la gloria y la belleza de este mundo, por todo el aparente éxito o fracaso. Sin embargo, una vez que veamos, aun durante un segundo, que estas apariencias no son reales, ganaremos cierta confianza. Esto no significa que tengamos que salir corriendo a Nepal o a la India y volvernos un monje o monja. Podemos conservar nuestros trabajos, usar traje y corbata e ir a la oficina con nuestro portafolio todos los días. Aún podemos enamorarnos, ofrecerle flores a nuestro bien amado o amada, intercambiar anillos. Pero en algún lugar adentro hay algo que nos está diciendo que todo esto carece de esencia.
en un café en cuernavaca, frente a la catedral |
Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.
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