viernes, 4 de abril de 2025

Invitada: Jetsunma Tenzin Palmo


Las guerras surgen en parte de razones comerciales, pero también surgen de la mala voluntad, el enojo, el conflicto y la mentalidad de "nosotros versus ellos". Por lo tanto, no podemos encontrar el antídoto cuando nosotros mismos seguimos en ese estado de ánimo. Es obvio, ¿verdad? Si queremos paz, tenemos que tener paz dentro de nosotros mismos primero, porque nuestra sociedad es el reflejo de la psique interna y las mentes de los seres que habitan esa sociedad. ¿Quién es la sociedad si no nosotros?  


el cielo cuernavacense una mañana


 Original en inglés, aquí. Traducción al español e imagen, mías.


miércoles, 2 de abril de 2025

2 textitos

que surgieron a partir de Los sueños de la Bella Durmiente de Emiliano González,
anoche en el grupo de práctica de escritura



1. Una mutación en el color de los ojos y en la forma de tomar el cuchillo y el tenedor

Cuando nació tenía los ojos grises. Grises como la luna eclipsada o grises como el ratón que visitaba su casa cada noche. Es por ti, dijo el padre. Es por ti, dijo la madre. En ninguno de los dos linajes del matrimonio había ojos de ese color. Los abuelos fruncieron sus respectivos ceños y las abuelas se llevaron la mano a sus respectivas bocas. ¿Y si por fin se había cumplido la profecía? ¿Y si este ser de los ojos grises era el mesías del que hablaban los textos de todas las religiones? ¿Y si era el monstruo que acabaría por destruir todo tipo de civilización? Tiene que ser por ti, dijo el padre. Tiene que ser por ti, dijo la madre. Entonces vieron cómo el niño cortaba la carne de su almuerzo sosteniendo el cuchillo y el tenedor con los dedos de los pies. No quedaba duda: se trataba del monstruo que destruiría todo a su alrededor y ni siquiera quedaba la esperanza de matarlo.


2. En el momento póstumo

En el momento póstumo alcanzó a vislumbrar una tenue luz azul que se abría paso entre las tinieblas de la muerte. When in doubt, follow the blue light. When in doubt, visualize your guru in your heart. When in doubt, go towards the blue light. Y, sin embargo, no podría encaminarse hacia ella. No encontraba sus piernas, ni sus pies, ni sus muslos, ni sus nalgas, ni su tronco, ni sus brazos, ni su cuello, ni su cabeza. No tenía  cuerpo. Había eprdido el cuerpo en el momento póstumos. El cuerpo que cuidó toda la vida: con ejercicio, con comida nutritiva, con aceites y bálsamos, con protector solar y humectantes carísimo, con sombrero y camisas de manga larga. El cuerpo que lo definió durante más de 40 años (¿o eran 40 siglos?) ahora lo había abandonado y sin cuerpo no sabía cómo seguir el camino. La luz azul empezaba a destellar y a él el corazón le dio un vuelco. No, ya no tenía corazón que le diera un vuelco.