jueves, 30 de octubre de 2025

Vulnerabilidad 10


La primera vez que reflexionaste sobre esta vivencia fue hace 14 años, cuando te hicieron tu primera endodoncia. Luego, la repasaste de nuevo otras ocho veces a lo largo de más de una década: a propósito de una gripade una relación nueva (aunque ya no recuerdes con quién), de demasiado tequila (combinado con vino), de una ruptura amorosa, de una migraña marca diablo, de covid y aislamiento, de una herida en el pie, de la crisis del verano pasado.

Hoy andas en ello de nuevo. Y la circunstancia vuelve a ser un diente, que esta vez tuvieron que extraerte (el tercero que sufre la misma suerte después de una endodoncia). Qué fragilidad la de nuestro cuerpo. Qué impermanencia. Qué suerte que funcione como funciona, a pesar de todo, a pesar del envejecimiento que se inicia al momento mismo de nacer.

Y a esto se te ha sumado la tensión de una plática incómoda con tus compañeras del camino espiritual sobre el desencuentro de años y cómo superarlo. Te resultó incluso más difícil que la extracción del diente y, por fortuna, mejor de lo esperado, aunque el proceso para sanar y resolver esté apenas al principio y no haya certeza de hacia dónde irá. A la par la maravilla de una nueva amistad (que seguro es más vieja de lo que recuerdas), profunda y llena de confianza, que, de algún modo, también conlleva su vulnerabilidad: la fragilidad, la delicadeza de poder ser quien eres más allá de las máscaras que has necesitado para sobrevivir. 

Y de fondo y de frente y a los lados siguen los horrores en Gaza y en Cisjordania, y en Sudán y en Brasil y en el Tíbet y en la esquina de tu casa y se te sigue desgarrando el corazón.

Con todo esto, sales a caminar y te encuentras momentos de belleza, efímera y vulnerable como lo es la verdadera belleza, y le sacas fotos para preservarlos, un poco:


la gallina y la luna

la noche de la extracción

flores verdes

botón promesa

primeras flores


miércoles, 29 de octubre de 2025

Invitado: Thich Nhat Hanh


Si fuimos lastimados cuando éramos niños, las semillas de sufrimiento que recibimos entonces siguen con nosotros hoy. La manera como nos relacionamos con la vida en el momento presente está parcialmente basada en estas semillas de sufrimiento. Las semillas del pasado se manifiestan en nuestra mente cada día, pero dado que no las hemos bañado con la luz de la atención plena, no estamos conscientes de ellas. Este mero reconocimiento ocasionará que pierdan algo de su poder sobre nosotros. 


glorias de la mañana: mantos de la virgen, les decía mi abuela Rosa


Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imagen, mías.


martes, 28 de octubre de 2025

Certeza


Casi es hora de tu cita. Escoges una blusa. Te la pones. Te la quitas. Te pones otra. ¡Genial! Con los pantalones guatemaltecos se verá divina. ¿Y los aretes? ¿Verdes? No. Los de chaquira blanca, anaranjada y violeta en forma de rombo. ¡Perfectos! Faltan cinco minutos. Te conectas a la compu pero no abres la sesión. Necesitas asentarte. Aclarar tus fantasías. ¿Volverán a coquetearse? Cuando entra, te dice que quiere presentarte a alguien. Su pareja te sonríe; sonríes de vuelta e intercambian un par de frases. Luego ellos se besan en la boca y se dicen I love you antes de despedirse. Muda, observas la escena: tus dudas se desvanecen.

lunes, 27 de octubre de 2025

Invitado: Padampa Sangye con comentario de Dilgo Khyentse Rinpoché



La raíz tanto de samsara como de nirvana
ha de encontrarse dentro de tu propia mente


Son nuestras propias mentes las que nos encaminan equivocadamente en el ciclo de la existencia. Ciegos al la verdadera naturaleza de la mente, nos agarramos de nuestros pensamientos, que en verdad son simplemente las manifestaciones de esa naturaleza. Pero a través de la fijación, la conciencia pura se congela en conceptos sólidos tales como "yo" y "otro", "deseable" y "repulsivo" y muchos más. Así es como creamos samsara. 

Si podemos derretir el hielo de estas fijaciones siguiendo las instrucciones de un maestro, la conciencia pura recobra su fluidez natural. Para ponerlo de otro modo, si cortas un árbol en la base del tronco, el tronco, las ramas y la hojas se caen todos juntos. De forma similar, si cortas a través de los pensamientos en su fuente, todo el engaño de samsara colapsará. 

Todo lo que experimentamos 
—todos los fenómenos de samsara y nirvana aparece con la claridad vívida de un arcoíris y, sin embargo, como un arcoíris, está vacío de cualquier realidad tangible. Una vez que reconoces la naturaleza de los fenómenos —manifiestos y al mismo tiempo vacíos—, tu mente se liberará de la tiranía del engaño. 

Reconocer la naturaleza última de la mente es alcanzar la realización del estado de budeidad, y no reconocerla es hundirse en la ignorancia. En cualquier caso, es tu mente, y solo tu mente, la que te libera o te ata. 

Eso no significa, sin embargo, que la mente sea una entidad sobre la cual trabajar, como un trozo de barro, al cual un alfarero puede darle cualquier forma. Cuando el maestro introduce al discípulo a la naturaleza de la mente, no está señalando algún objeto concreto. 

Cuando el discípulo busca y encuentra esa naturaleza, no se apodera de alguna entidad que pueda asirse. Reconocer la naturaleza de la mente es reconocer su vacuidad. Eso es todo. Es una realización que ocurre en el reino de la experiencia directa y que no puede expresarse en palabras. 

Esperar que tal realización esté acompañada de clarividencia, poderes milagrosos y otras experiencias extraordinarias sería engañarte a ti mismo. ¡Solo dedícate a reconocer la naturaleza vacía de la mente! 



flor en la lluvia


Original en inglés, aquí.
Traducción al español en imagen, mías.

viernes, 24 de octubre de 2025

Invitado: Karmapa 17


por qué necesitamos renunciar

a nuestras preocupaciones mundanas


Cuando hablamos sobre las preocupaciones de esta vida (resumidas en los ocho dharmas mundanos*), deberíamos entender por qué necesitamos trabajar en renunciar a ellas. La razón es que representan nuestros apegos, las diversas maneras en que nos aferramos a todas las cosas de este mundo. No importa si estas cosas parecen ser agradables o desagradables, buenas o malas, beneficiosas o dañinas. Es solo nuestro aferramiento a ellas —ciegamente sin entender o pensar—lo que perturba nuestra mente y nos llena de aprensión. 

A muchos de nosotros nos gusta el Dharma y queremos practicarlo. Pero frecuentemente practicamos con seriedad cuando estamos infelices y tenemos algunos problemas, así que, de hecho, solo estamos intentando estar más felices. Cuando nos duele la espalda, nos aplicamos geles y vamos por un masaje, y entonces nos sentimos un poco mejor. Nuestra práctica del Dharma es un poco así. Pensamos que es algo para hacer cuando hay un problema, pero nuestra mayor atracción es a esta vida, al mundo y a todos sus entretenimientos. Consideramos que nuestras posesiones mundanas son cruciales para nuestra vida, la fuente misma de nuestra felicidad. Aun si no pensamos así conscientemente, en el segundo plano de nuestra mente, nuestra actitud inconsciente se agarra a todas estas cosas mundanas como si nuestra felicidad verdaderamente dependiera de ellas.  

Cuando tenemos esta actitud, nuestra práctica del Dharma empieza a parecerse a un tratamiento para el SIDA. Me han dicho que cuando uno tiene SIDA, la comida que uno come primero alimenta al virus del SIDA y solo después, cuando el virus está saciado, se dirige a las partes de nuestro cuerpo que están sanas. Algo así sucede cuando practicamos Dharma con demasiado apego a las ocho preocupaciones mundanas. Como el virus del SIDA, ellas reciben la mayor parte de nuestra atención, mientras que el Dharma queda segundo en línea. 

*la ganancia y la pérdida, el éxito y el fracaso, el elogio y la desaprobación, y el placer y el dolor: en el budismo, las ocho preocupaciones o condiciones transitorias que perturban la mente y provocan sufrimiento



zanate desayunándose un insecto hoja esta mañana

Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imágenes, mías.


jueves, 23 de octubre de 2025

Suzanne




Invitado: Dilgo Khyentse Rinpoché



Pisotea el enojo con realización


Examina el enojo mismo y encontrarás que no es nada es nada más que un pensamiento. Si ese pensamiento de enojo desaparece, no conducirá a una acción hecha desde el enojo, con sus resultados kármicos negativos. Pisotea el enojo con realización y se disuelve como una nube en el cielo; y a medida que se disuelve, la noción de "enemigo" se esfumará con él.  


2 mariposas 1 mañana

Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

miércoles, 22 de octubre de 2025

Como casi todas las mañanas...


...desde hace 17 o 45 años, te levantas un poco más temprano que él. Pones la tetera para ti y a él le dejas preparada la cafetera. De otro modo, es incapaz de despertar. Con sendas tazas en mano, se sientan frente a la ventana que da al desierto. Hablan durante media hora, más o menos, de todo y de nada. Es el comienzo de su día juntos. Y te encanta. Supones que a él también. Revisar y aclarar suposiciones siempre ha sido un ejercicio productivo entre ustedes. Contar algún chiste también. Y tomarse de las manos.

Pasados los minutos de costumbre, él se levanta para bañarse, vestirse, acicalarse y marcharse al trabajo. Tú trabajas desde casa, así que no necesitas ningún arreglo especial. (Solo a veces, para alguna videollamada.) Hoy es tu día de meditación y plática virtuales con tu nueva amiga. Y hoy la reunión es más temprano porque ella tiene quién sabe qué cosa con su hijo a la hora en que suelen encontrarse.

Tú le has pedido a él que pase a despedirse a tu estudio y, así, aprovechas para presentarlos. Tarda un poco, pero le pides a ella que tenga paciencia. Finalmente, él aparece. Se acerca a la pantalla. Ella le dice que es un gusto conocerlo y que ha oído hablar mucho de él. Espero que puras cosas buenas, dice él. Casi todas, dice ella. Te ríes con ellos.

Entonces él se despide de la pantalla y se acerca a ti, te besa en la boca, tú le devuelves el beso y se dicen "I love you". Ella se convierte en testigo impensado de este momento de intimidad. Tú no puedes ver cómo se le anegan los ojos...


de la caminata matutina de ella




sábado, 18 de octubre de 2025

Invitada: Jetsunma Tenzin Palmo


Cuando el budismo dice que la razón por la cual estamos atrapados en esta rueda de nacimiento y muerte es la ignorancia, no quiere decir que no sepamos cuál es la capital de Guatemala o no tengamos mucha idea sobre física cuántica. No es eso. Es marigpa, avidya, no conocer la naturaleza verdadera de la existencia. Esta es la cusa principal del sufrimiento. No reconocemos la verdadera naturaleza, así que proyectamos cosas que no existen, y estamos engañados y confundidos. Estamos engañados y confundidos sobre la realidad externa, sobre otras personas, y también sobre nosotros mismos. Nos transformamos en algo que es sólido, inmutable, duradero y absolutamente existente en sí mismo. Y el punto de la meditación es cuestionar siempre esta premisa básica.    


balcón de temporada

Original en inglés, aquí. Traducción al español e imagen, mías.


jueves, 16 de octubre de 2025

sin título 7


Lo prometido es deuda, dice el dicho. Y yo, el 23 de julio, prometí que si la violeta color vino revivía, yo vendría aquí a contarlo. Y revivió. En realidad, la planta siempre estuvo bien, pero sus flores pasaron por un bache: se doblaban antes de abrir. Creo que incluso una la corté yo, sin querer, en mi ansia por que floreciera como siempre.

Pero hace unos días empezaron los botones, y luego abrieron las flores y luego más botones y no se doblaron: la planta está divina. Todo me hace suponer que esta es la violeta más antigua que tengo, aunque este ejemplar en particular sea solo descendiente de la planta madre que me regaló mi entonces amiga J.

La maceta seguro no es la misma. La original era una maceta de talavera de Tlaxcala que J y y yo compramos juntas en alguno de los viajes de fin de año que hicimos de jóvenes adultas, hace varias décadas. Esa maceta vive ahora en mi balcón con unas suculentas que me traje de Chimal y que parecen haber pegado muy bien.


Y la vida sigue: las amistades van y vienen, los recuerdos van y vienen, los amores van y vienen (ojalá alguna se quedara), igual que las flores, aun las de la violeta color vino.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Invitado: S.E. Chagdud Tulku Rinpoché


Nuestras relaciones con otres son como el encuentro fortuito de dos extraños en un estacionamiento. Se miran y sonríen. Eso es todo lo que hay entre elles. Se marchan y nunca más se vuelven a ver. Esto es lo que es la vida: solo un momento, un roce, y entonces se ha ido. 

Si entiendes esto, no hay tiempo para pelear. No hay tiempo para discutir. No hay tiempo para lastimarnos. Ya sea que pienses en ello en términos de humanidad, naciones, comunidades o individuos, no hay tiempo para nada que no sea apreciar verdaderamente la breve interacción que tenemos unes con otres. 

…El tiempo es muy precioso. No esperes a estar muriendo para entender tu naturaleza espiritual. Si lo haces ahora, descubrirás recursos de gentileza y compasión que no sabías que tenías. 


encuentros fortuitos matinales

Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imagen, mías.


martes, 14 de octubre de 2025

Invitado: Dilgo Khyentse Rinpoché


Abandonar el egocentrismo


Hay un dicho: "Las acciones virtuosas llevadas a cabo con propósitos egoístas son como la comida envenenada". La comida envenenada puede verse deliciosa e incluso saber bien, pero con rapidez nos conduce a una muerte segura. 

Pensar en un enemigo como alguien a quien odiar, pensar en un amigo como alguien a quien amar, sentir envidia de la felicidad y buena fortuna de otres: todo esto está enraizado en el aferramiento al ego. Y las acciones virtuosas, infiltradas por el aferramiento al "yo", concebido como algo real y sólido, se convierten en veneno. Deberíamos intentar abandonar todo egocentrismo. 



Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imagen, mías.


sábado, 11 de octubre de 2025

Mi papá tenía una kufiya


Mi papá tenía una kufiya y a veces la usaba. Yo creo que, en parte, quería escandalizar a sus amigos, mucho más conservadores. Pero, en otra, también la esgrimía como símbolo de un pueblo despojado: los palestinos. Porque mi papá tenía este sentido de justicia, como refugiado de la guerra civil española, como hijo de refugiados despojados de su país. Un hombre de contradicciones, sin duda, como todos.

Mi papá tenía una kufiya de las de fondo blanco bordadas en negro. Yo creo que se la compró a un vendedor, ¿refugiado?, árabe en Nueva York. En la calle, donde sobre una sábana blanca vendía kufiyas de diferentes colores y quizá otra cosas. Y mi papá hablaba de Yasir Arafat y de la OLP, la Organización por la Liberación de Palestina. (No los he escuchado nombrados en estos últimos años.) Yo creo que admiraba a Arafat. 

También apreció a Vanessa Redgrave, cuando en su discurso al ganar el Óscar como actriz de reparto en 1978 en la película Julia (la historia de su amistad con Lillian Hellman: uno de mis referentes de juventud) condenó a los sionistas y abogó por la causa palestina. Y mi papá lamentó el secuestro y asesinato de los atletas israelís durante las Olimpiadas de 1972 en Múnich. 

Mi papá tenía una kufiya con sus redes de pesca y sus hojas de olivo y las rutas comerciales o los muros de la ocupación y la montaña y el río y el mar. Y Runs, sobrino biznieto de mi papá, hoy tiene una kufiya de fondo blanco bordada en rojo. Con sus hojas de olivo y sus redes de pesca y la resistencia, la identidad y la unidad del pueblo palestino.

Mi papá tenía una kufiya y no era antisemita.
Hoy yo tengo unos aretes de sandía.











viernes, 10 de octubre de 2025

a la Margaret Atwood


En el grupo de práctica de escritura de los lunes estamos leyendo y comentando The Handmaid's Tale, la genial novela distópica de la escritora canadiense. El capítulo 7 comienza así:

The night is mine, my own time, to do with as I will,
as long as I am quiet. As long as I don't move. As long as I lie still.

Offred, la protagonista, describe su aparente libertad en la noche y las limitaciones que se la restringen. Sharyn nos propuso como tema de escritura hacer una afirmación y luego calificarla y circunscribirla como sucede en la cita de la novela. 

Salió un texto interesante, que aquí comparto:

The choice is mine. As long as I am in line with their choices. As long as I stick to decency. As long as I don't show any signs of creativity. As long as what I choose is tasteless, colorless, vintage. The choice is mine. As long as I don't talk about the elephant in the room. As long as I smile and pretend everything is ok. As long as I play my role in the family's melodrama. The choice is mine. As long as I continue to be a straight A student. As long as I talk much less than necessary. As long as the word trauma is left out of my vocabulary. As long as I pretend not to see what's really going on. The choice is mine. As long as I contribute to the family's lies albeit with complete silence. As long as I eat whatever I get served on my plate. As long as I chew and swallow whatever is served on my plate. (Only Carmen will allow me to spit out the mass I have kept hidden in one side of my mouth, like a hamster, without leaving me hanging out to dry.) The choice is mine. As long as it is not something that they wouldn't do themselves (openly). As long as it is not geography or latin-american studies. As long as my cleavage is covered, my sexuality rendered invisible. The choice is mine. As long as I hold hands with him and bear her blaming/hating eyes without a sound. The choice is mine. As long as it is civilized and educated (according to their standards). As long as it doesn't transpire desire or lust or pleasure.

martes, 7 de octubre de 2025

7 de octubre

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Mal y tarde empecé a compartir información sobre el genocidio en Gaza. Dos años van de esta atroz etapa. Dos años desde que Hamas y otros grupos armados atacaron y mataron alrededor de 1,200 personas en el Sur de Israel, de los cuales más de 800 eran civiles, incluyendo 36 niños, además de tomar rehenes, algunos de los cuales siguen cautivos. Dos años de horror en Gaza: desplazamiento, destrucción de infraestructura civil, privación de comida y medicina, y más de 65,000 personas asesinadas, incluyendo alrededor de 18,000 niños y más de 200,000 heridos en lo que Amnistía Internacional (fuente de estos datos) ha determinado como un genocidio.

¿Y cómo seguimos permitiendo que suceda?

Lo que está sucediendo no empezó hace dos años, sino hace más de 75: 75 años de muerte, de injusticia, de invasión, de desplazamiento. Y más de 120 de colonización. Y Gaza y Palestina no son, tristemente, los únicos lugares del mundo donde atestiguamos semejante barbarie: Sudán, el Congo, el Tíbet, la Amazonía...

Gaza se ha vuelto, empero, un símbolo de lo peor que somos como raza humana y de la oportunidad de encontrar un camino juntes hacia otra manera de comportarnos. No sé lo suficiente para hacer una reflexión ni política ni social ni económica, pero sí puedo hablar desde lo que he estudiado y practicado durante casi 30 años: las enseñanzas del Buda.

Y hoy lo hago porque el silencio (desde hace mucho) no es una opción.

El príncipe Sidarta, después de completar su camino interior para ver la realidad cómo es, más allá de cómo creemos que es, cuando despertó como Buda Shakyamuni, habló sobre el karma. Dijo que el karma no es nada más que el hecho de que nuestras acciones tienen consecuencias (no una teoría esotérica en la que se pueda creer o no). Sin pretender abarcar un tema complejo y profundo (cuya comprensión total se dice que solo es posible desde la mente iluminada), voy a retomar una de sus avenidas, a saber, la existencia de un karma grupal, es decir, aquellos resultados de nuestras acciones que compartimos con nuestra familia, con nuestro grupo social y con la humanidad con la cual estamos habitando el planeta Tierra en estos momentos.

Puesto de forma sencilla, todes somos responsables de las atrocidades que suceden en Gaza y en esos muchos otros lugares del mundo.

 ¿Y cómo es que somos responsables?

Es una pregunta que me hecho muchas veces y que he compartido y reflexionado en los grupos de estudio budista en los que participo, pero no fue sino hasta hace poco, que encontré una de las respuestas. Somos responsables en la medida que seguimos perpetuando un esquema mental que divide al mundo en blanco y negro, en yo y otro, en nosotros y ellos, en amigos y enemigos, en buenos y malos, en víctimas y victimarios. Y sí, se trata de una propuesta muy revolucionaria (aun subversiva) que, a nivel relativo, podría sonar como una locura. Y suena a locura  porque desafía la manera de pensar que hemos tenido desde siempre y que es, según el Buda, el origen de todo nuestro sufrimiento y del de los demás.

Esa división entre yo y otro, que me lleva/nos lleva, a defenderme/a defendernos a capa y espada de lo que no soy yo es el comienzo del ciclo interminable de sufrimiento, no solo para el otro, sino para mí también, no solo para elles, sino también para nosotres. Esta manera de pensar nos convierte tanto en victimarios, como en víctimas y en su polaridad nos imposibilita salir del ciclo.

Y  nivel práctico, de la vida cotidiana, ¿cómo hago algo diferente?

Hago algo diferente empatizando no solo con las víctimas sino con los perpetradores, pues ambos están/estamos generando sufrimiento propio y ajeno. Y lo generamos, paradójicamente, en nuestra búsqueda de la felicidad. Porque ambos, todes, amigues, enemigues, animales, dioses, fantasmas hambrientos, seres de los infiernos, semidioses, seres humanos estamos intentando ser felices y trascender el sufrimiento y las más de las veces optamos por caminos que nos hunden más en la miseria, propia y ajena. Pero el hecho de buscar lo mismo nos hermana más allá de lo imaginable.

 Incluso cuando da náusea pensarlo.

¿Y por dónde empiezo? ¿Por dónde empezamos?

Mirando hacia adentro. Familiarizándonos con nosotres mismes. Familiarizándonos con nuestra mente que es capaz de desear, de odiar y de ignorar como la de todes les demás.  Mirando hacia adentro y reconociendo cómo lo que nos violenta afuera, nos habla también de nosotres, aunque no nos guste y no lo queramos ver y pensemos que no, que nosotres no somos como elles.

Y entonces la indignación puede irse transformando en compasión y la compasión manifestándose en acciones claras, precisas, necesarias, que trasciendan las limitaciones de las posturas extremas, del odio, de la culpabilización, del terrorismo de cualquier facción.

Mientras me sigo entrenando y aprendiendo y cuestionándome, hoy mi corazón está con Gaza y los palestinos y con todos los que siguen sufriendo y resistiendo alrededor del mundo. Intento abrir el corazón hacia quienes han torturado y maltratado y matado de hambre y bombardeado y desmembrado y asesinado y humillado y destruido y


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viernes, 3 de octubre de 2025

Invitado: Shechen Rabjam Rinpoché

 

Engañados por la apariencia


Si reconocemos la naturaleza absoluta, inmutable  de los fenómenos, también reconoceremos su intangibilidad. Las cosas aparecen, sin embargo están vacías; están vacías y sin embargo aparecen. El vacío no es la ausencia de los fenómenos y los fenómenos no son la ausencia del vacío. Más bien, hay una unión de apariencia y vacío. Solamente tener un atisbo de entendimiento de que las cosas no son como aparecen es ya un gran paso en el proceso de ver la verdadera naturaleza de las cosas. Somos como un niño ingenuo que es engañado fácilmente por las apariencias hasta que alcanzamos ese entendimiento. En nuestra confusión tratamos el mundo fenoménico como sólido y real. No vemos que es meramente una expresión de la sabiduría y el despliegue del vacío.  Reificamos los fenómenos y esto echa a andar una sucesión interminable de de atracciones y aversiones que conducen al ansia y el deseo. Este solo error de solidificar da pie al interminable ciclo de samsara.       


la luz de la mañana y una imagen de la infancia


Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

jueves, 2 de octubre de 2025

(un poemita nomás)


you call me My Love

and my imagination goes wild

you call me My Love

and  my memories of lacking unleash

you call me My Love

and my   body  bubbles  up

*

you call me My Love

and i attempt

to consider it nothing more 

nothing less

than

a token of  friendship

*

you call me My Love

and i wish

i could

call

you 

the same

para ti, blaze


miércoles, 1 de octubre de 2025

Invitado: SS el Dalai Lama


Muchas personas que se acercan a la práctica del budismo están dispuestas a sacrificar una o dos horas de su día para llevar a cabo alguna práctica ritual o sentarse a meditar. Les es relativamente fácil ceder su tiempo, aunque su vida pueda ser muy ajetreada.

Pero no están dispuestas a cambiar ninguna faceta de su personalidad: no están dispuestas a renunciar a ninguna parte de su carácter negativo. Con este tipo de enfoque hacia el budismo, apenas importa cuánta meditación hagamos, nuestra práctica permanece meramente como un pasatiempo o un deporte. No toca nuestras vidas. Para superar, en efecto, nuestros problemas, debemos estar dispuestas a cambiar, o sea, cambiar nuestra personalidad. Necesitamos renunciar a los aspectos negativos de ella que nos están ocasionando tantos problemas y deshacernos de ellos. 


media luna camino hacia la brillantez 


Original en inglés, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.